Fuego sobre San Juan by Pedro García-Bilbao & Javier Sánchez-Reyes

Fuego sobre San Juan by Pedro García-Bilbao & Javier Sánchez-Reyes

autor:Pedro García-Bilbao & Javier Sánchez-Reyes [García-Bilbao, Pedro & Sánchez-Reyes, Javier]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Ciencia ficción
editor: ePubLibre
publicado: 1999-04-23T00:00:00+00:00


7

El Pozo, Camino Real Santiago-Daiquiri

Noche del 1 al 2 de julio de 1898, S/P

La noche cae en los trópicos con gran rapidez, de golpe, sin un crepúsculo digno de tal nombre: ahora es de día y de repente es de noche, sin más. Cuando la luz del sol se retiró sobre el campo de batalla, los combates ya habían acabado: desde su puesto de mando en El Pozo, una aldeíta en el camino entre Siboney y Santiago, el general Shafter intentaba en vano enterarse de qué podía estar ocurriendo en el frente. El coronel MacClernand, su ayudante de campo, trataba con los oficiales de la reducida plana mayor, despachaba con los enlaces que llegaban de continuo y les informaba de las novedades: Shafter era un hombre mayor, de unos sesenta y cinco años, y el calor espantoso, la angustia de la jornada y una malaria inmisericorde le tenían al borde de la postración absoluta. Sobreponiéndose como buenamente pudo, vio llegar a su tienda a cuatro generales del ejército expedicionario.

Faltaba Summer, desaparecido desde hacía horas, pero sintió el hablar fuerte del viejo Wheeler, el veterano sudista de la Guerra de Secesión y se sintió mejor; estaría algo ido —como se decía— pero tenía más experiencia de combate que todos los demás juntos; y Lawton. ¿Cómo estará este hombre?, se dijo Shafter, preocupado sobremanera, pues durante aquel terrible día había tenido que amenazarle con el fusilamiento para que le obedeciera.

Kent y Bates también estaban allí; todos llegaron dispuestos a informar formar de lo sucedido y a valorar la situación, y sus caras no reflejaban nada bueno; el brigadier Hawkins se sumó minutos después.

En las derrotas —se dijo Shafter mientras se abotonaba la casaca y se levantaba de su camastro— es cuando se tiene que actuar con mayor valor, pues de lo contrario un simple revés se puede convertir en un desastre irreparable.

Nubes grises de humo formaban barreras en el horizonte, tapando la luz de la luna y ocultando las estrellas. Algunos incendios tachonaban la manigua y se escuchaba el estallido de cajas de munición artillera; esporádicamente, un proyectil de grueso calibre salía zumbando del cubierto cielo nocturno para reventar en las ciénagas o en los campos de caña.

Por entre la noche y las trochas que atravesaban la revuelta llanura, miles de figuras escapaban, una multitud inmensa se alejaba en regueros del lugar donde el infierno se había mostrado.

Las noticias comenzaron a llegar, primero como rumores, después mediante los despachos portados por atribulados mensajeros enviados desde las diferentes unidades en retirada: Tal Regimiento, tal brigada, nos encontramos a tantas millas del cruce de tal y cual, donde nos estamos reagrupando: muchas bajas; roto el contacto con el enemigo: solicitamos órdenes.

La mayoría de los mensajes eran de ese tipo. Poco a poco, la información se fue completando, pero aquella noche ya había avanzado mucho para cuando en El Pozo comenzaron a tener una idea clara de cuál era la situación real.

Shafter y sus generales llevaban ya casi una hora reunidos intentando conocer las dimensiones



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.